Redescubrir (después de ¡años!) a la canción To Be Someone de Paul Weller fue como sentir una bocanada de aire fresquísimo inglés y medio mod y regresar a mis dulces dieciséis (que no fueron como los del Liam de Loach, por suerte).
Y redescubrir Down in the Tube Station at Midnight fue como si se me cayeran doscientas toneladas de metal en la cabeza y me rompieran la pelvis a rodillazos.
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