Después de la caída del Muro de Berlín, es frecuente escuchar entre las argumentaciones del discutidor facho de turno la sentencia de que evidentemente, “el socialismo no funciona”; mi argumento –imbatible hasta ahora- suele ser que en todo caso el capitalismo tampoco “funciona”, si entendemos por “funcionar” que el sistema económico vigente sirva para lo que debe servir, es decir un mínimo de comida para todos.
Desde luego, oculto –para ganar la discusión- el hecho de que el funcionamiento del capitalismo requiere como condición inevitable la condena al HAMBRE Y LA MISERIA a una porción importante de la población (esto está probado científicamente, con cifras, números y todo; otro día se los explico). Es decir, el capitalismo está roto, pero al revés, lo que provoque que en realidad “ande”, pero con resultados desagradables. Su funcionamiento resulta en una desgracia espantosa para todos y, como esas computadoras de las películas que adquieren conciencia propia, parece que no hay forma de apagarlo.
Esta introducción para terminar hablando, de manera graciosa, de un problema que tiene con la estufa de su casa.
Podeti me demuestra, con algunos de sus escritos, que no solamente es un buen humorista y escritor, sino que, en definitiva, parece un buen tipo. El otro día me comentaba un amigo que le daba la impresión de que, sin comprometerse en exceso en su blog, Podeti consigue transmitir a veces la sensación de que tiene en claro qué cosas están bien y qué cosas no, cuáles son los problemas grandes y cuáles los pequeños, de qué lado hay que estar en los temas importantes. Creo que mi amigo tiene razón.
Pero no la sigo más. No ando con mucho tiempo y, en definitiva, la idea del post era solamente escribir una línea sobre Podeti, sobre su blog, y sobre por qué de vez en cuando me gusta ver en qué anda su imaginación.
-> El texto citado, completo, acá.
-> Su weblog, Yo Contra el Mundo!, acá.
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