Apareciste entre la gente
Los labios rojo sangre
te hacían juego con el vestido marfil
Hablamos de tus quince años,
del vals interminable
y del paseo del 19 de abril
Y poco a poco comprendía
que no estabas
mirándome a mí
Y poco a poco comprendía
que los Beatles
no hablaban de ti
Miré sin pausa tus zapatos
Mis manos escondidas
se atormentaban por abrazarte
Toda la gente que bailaba
Yo esperando el momento
más oportuno para sacarte
Y bien sabía que mis vueltas eran falsas
No lo iba a intentar
Otro cumpleaños que miraba de reojo
sin saber bailar
Y tus encantos continuaban,
a pesar de mi esfuerzo
por refugiarme en “I'm Fixing a Hole”
Y los galanes del liceo
llevaban con soltura
a sus parejas girando en un rock and roll
Y quince abriles se van yendo temblorosos
de mi corazón
Y los destellos de tu tiara se confunden
con esta canción
Y las columnas de la pista se derrumban
de desolación
Y los amores imposibles se sumergen
en esta canción
Los labios rojo sangre
te hacían juego con el vestido marfil
Hablamos de tus quince años,
del vals interminable
y del paseo del 19 de abril
Y poco a poco comprendía
que no estabas
mirándome a mí
Y poco a poco comprendía
que los Beatles
no hablaban de ti
Miré sin pausa tus zapatos
Mis manos escondidas
se atormentaban por abrazarte
Toda la gente que bailaba
Yo esperando el momento
más oportuno para sacarte
Y bien sabía que mis vueltas eran falsas
No lo iba a intentar
Otro cumpleaños que miraba de reojo
sin saber bailar
Y tus encantos continuaban,
a pesar de mi esfuerzo
por refugiarme en “I'm Fixing a Hole”
Y los galanes del liceo
llevaban con soltura
a sus parejas girando en un rock and roll
Y quince abriles se van yendo temblorosos
de mi corazón
Y los destellos de tu tiara se confunden
con esta canción
Y las columnas de la pista se derrumban
de desolación
Y los amores imposibles se sumergen
en esta canción
Quince Abriles, de Jaime Roos.
(¿Cómo hace Roos para no largarse a llorar cada vez que la canta?)
(¿Cómo hace Roos para no largarse a llorar cada vez que la canta?)
1 comentario:
Y lo peor es que después creció, se hizo murguista y le siguió pasando lo mismo:
En el tumulto de los húsares de Momo
encandilado por las luces de otro barrio
Aquel murguista saludando con su gorro
se despedía como siempre del tablado
Entre la nube de pintados chiquilines
vio la sonrisa que enviaba una princesa
Entre los rostros de mezclados colorines
Dudó si era para él la gentileza
Y por si acaso dedicó una reverencia
a la muchacha que en la noche se quedaba
En el momento de partir la bañadera
volando un beso se posaba en su ventana
Y paso a paso la ansiedad lo malhería
quedaba poco del noctueno itinerario
Uno tras otro los cuplés se sucedían
Se retiraban del último escenario
Tiró el disfraz en el respaldo del asiento
Borró los restos de pintura con su mano
Volando un tacho lo llevaba contra el viento
La vio justito a la salida del tablado
"Cómo te va", dijo el murguista a la muchacha
Que lo cortó con su mirada indiferente
Le dijo "Bien" y lo dejó como si nada
Nuevamente ...
La princesa ...
Se perdía entre la gente
"Colombina", también de Jaime.
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