Flashback a la infancia de Michele. Se lo ve robando, de pequeño, una torta a un bebé.
PADRE DE MICHELE (mientras habla, se ve al pequeño Michele armando una valija): -Esta no es la primera vez, y aunque no sea la más grave, ya es la tercera, y habíamos quedado en que no habría una tercera vez. Tu madre y yo estamos muy doloridos, pero esta es una decisión que era necesario tomar. No sos el primero que termina en la cárcel por los dulces y tampoco serías el último. Por otra parte, es mejor que te entreguen tus padres a que un vigilante te agarre en una parada de colectivo.
El pequeño Michele termina de armar la valija. Escena siguiente, se lo ve caminando solo por el medio de la calle, con la valija en la mano. Se mira los pies: tiene puesto un par de pantuflas.
PEQUEÑO MICHELE: -¿Por qué agarré las pantuflas? ¡Mamá! ¡¿Dónde están mis zapatos?! (Se ve al pequeño Michele acostado en su cama, gritando en sueños) ¡No, las pantuflas no! ¡Por la calle con pantuflas no!
Michele, ahora mayor, se despierta. Está acostado en un banquillo, al costado de una cancha de waterpolo. Se incorpora, gritando.
MICHELE: -¡Por la calle con pantuflas no! ¡Por la calle con pantuflas no! (Se para.) ¡Yo no hablo así!
Con unas hojas de papel en la mano, bordeando la cancha-pileta mientras se juega un partido, se acerca hacia una mujer, periodista deportiva.
MICHELE: -¡Usted tiene que cambiar esta expresión! ¡"Trend negativo"! ¡Yo nunca dije eso! ¡Jamás lo pensé! ¡Yo no hablo así!
ENTRENADOR DEL EQUIPO (a un jugador en la cancha): -¿Pero qué son esos tiros? ¡Tirá fuerte, que este tiene cuarenta años y no sabe flotar!
MICHELE (a la periodista): -Esta escena del fascista con el cartel colgado del cuello es horrible.
PERIODISTA: -No se puede cortar, es tarde.
MICHELE: -Cortala, porque no me acuerdo si es verdad. Y aunque fuera verdad, ¿hace falta recordar estas cosas oscuras?
Corte. Se ve a un muchacho, de unos veinte años, bajando unas escaleras con un cartel colgado al cuello que dice "Soy un gusano fascista". A su alrededor, decenas de otros jóvenes le gritan e insultan.
Corte nuevamente a Michele y la periodista.
PERIODISTA: -Quizás he sintetizado algún concepto, pero la sustancia es esa.
MICHELE: -No, la sustancia... Esa expresión... Ni siquiera puedo repetirla. Tenemos que ser insensibles, indiferentes a las palabras de hoy. Mire, si usted cambia solo esto, son quince o veinte frases...
PERIODISTA: -¡Pero son suyas!
MICHELE: -Quien habla mal, piensa mal y vive mal. Tiene que encontrar la palabra justa: ¡las palabras son importantes!
PERIODISTA: -Pero es tarde, la entrevista está en imprenta...
MICHELE: -¡"Trend negativo"! (Se ríe. Su expresión se convierte en una de ligera furia.) "Trend negativo"... Yo no hablo así, yo no pienso así. (Le sonríe y luego la mira con seriedad tétrica.) "Trend negativo".
Ahora, Michele camina solo por el costado de la pileta, con los papeles en la mano, hablando para sí mismo.
MICHELE: -Esto es lo único que puedo haber dicho: "Quiero ser fiel a los ideales que tenía cuando era un muchacho." (Levanta los ojos y ve a un hombre de su edad, de anteojos. Es el fascista de la escena anterior.) Disculpame por aquella, por aquella escena...
FASCISTA: -No, me divertí la otra noche, cuando te vi por televisión.
MICHELE: -No, disculpame. ¿Te acordás? ¿Te acordás?
FASCISTA: -Ah, me pedís disculpas por aquella vez, cuando me pusieron el cartel y me lapidaron. Lo podía entender, lo sabía. ¿Sabés a cuántos como vos tuve que perdonar en todos estos años? Los perdono...
MICHELE: -Sí, pero todo lo que pasó... ¡Qué escena horrible! No era justo...
FASCISTA: -Yo no cambié. Si volviera a aquel entonces, haría lo mismo. ¿Sabés cuál es la diferencia entre vos y yo?
Corte a plano del partido de waterpolo. No se escucha el final del diálogo. Se ve a Michele, del otro lado de la pileta, alejándose del fascista. Primer plano de Michele. Vuelve a hablar consigo mismo.
MICHELE: -No... Yo no puedo hablar con uno así... fascista. ¡Vos no querés hablar con él porque estás anclado en el esquematismo fácil! (Sonríe.) Lo sé. Sé que soy un esquemático, lo recuerdo... No soy uno de esos liberales, desprejuiciados, al margen de las iglesias donde se hablaba serenamente, libremente de todo. ¡No!
Michele vuelve al partido de waterpolo. Después de una escena de discusión fuerte, pero en tono humorístico, entre su entrenador y el árbitro del partido, se ve a Michele, en pleno juego, que vuelve a hablar consigo mismo.
MICHELE: -"Trend negativo". Jamás lo dije. Necesitamos inventar un lenguaje nuevo, pero... (Lo empujan hacia el fondo de la pileta.) ¡Me están lastimando! (Lo vuelven a empujar. Sale a la superficie.) Pero para inventar un lenguaje nuevo, necesitamos inventar una vida nueva. (Vuelve a hundirse y a salir a la superficie. Los jugadores se dispersan. Dirigiéndose a un jugador del equipo contrario.) Esperá, esperá. Por ahí en la entrevista fui más claro...
COMPAÑERO DE EQUIPO (desde el banquillo): -¡Michele! ¡Se acabó el tercer tiempo!
MICHELE: -Por ahí... si yo hubiese utilizado otras palabras, la entrevista no... no hubiera quedado mejor, porque si yo traduzco lo que tengo en la cabeza en una fórmula simple, lo falsearía. En la mente hay demasiados pensamientos, pero muchos pensamientos hacen bien, porque se debe pensar en todo, prever todo. Imre, debemos luchar contra el periodismo, contra las palabras equivocadas...
IMRE (con compasión): -Michele, sos muy sensible. Te amargás por nada, tratá de ser superior.
MICHELE: -¡Superior! No se necesita leer, tampoco escribir, porque un concepto, apenas queda escrito, se convierte en mentira. (Mientras ambos se alejan, nadando lentamente, hacia el borde de la pileta.) No se necesita hacer un uso criminal de la palabra. "Trend negativo"... No entiendo a toda esta gente, porque se da una capacidad de corrupción mental que desconocía. Y del lenguaje... Odio la palabra escrita. (A todos los jugadores del equipo contrario, sentados en el banquillo.) ¡La vida de un hombre queda manchada para siempre si alguien lo menciona en una revista!
ENTRENADOR DEL EQUIPO CONTRARIO: -Es verdad, pero disculpame... tengo que darle las últimas instrucciones a los muchachos.
MICHELE (sonriéndole): -¡Nos vemos después, entonces!
Fragmento de Palombella Rossa (1989), de Nanni Moretti.
Todos los detalles, necesarios para entender el contexto (acciones de los personajes, etcétera), son míos. Para comprender realmente qué está pasando, se recomienda, por supuesto, mirar la película.
Reflexiones sobre el Partido Comunista Italiano, el idioma, el periodismo, Doctor Zhivago, la adultez, las relaciones con los amigos, la religión, los deportes, la infancia, la nostalgia, el rol de la izquierda frente al avance del capitalismo liberal, el amor por los dulces, la pérdida de la memoria -literal y metafórica-. Y I'm On Fire, de Bruce Springsteen. Y una muy linda, jovencísima, Asia Argento, interpretando a Valentina, la hija de Michele/Nanni. En definitiva: una joya, como el resto de su filmografía.